Visitando a la loc-..digo a la hermana del Ruso.

Polonia suspiró , había decidido visitar a Bielorussia, no le agrabada mucho pero no le odiaba y estaba mortalmente aburrido en su casita. Lituania estaba de viaje y ya no sabía a quien molestar, hasta que se acordó de la rubia.

-Ay, solo espero que no me amenaze con su cuchillo "de nuevo"-se asercó a la puerta y tocó repetidamente la puerta- ¡Osea! ¡Naty, Naty! ¡Ábreme!-pegó unos chillidos.

Revisó por última vez su cesta de galletas que había traído, al menos así tenía una excusa.

Suspiró. Realmente se sentía aburrida en esa helada morada, sin embargo estaba acompañada por los cuadros pintados de su familia. Al recorrer esos largos pasillos de aquella mansión, algo.. no, alguien tocó el timbre sin previo aviso.

- ... Y Ahora?.- Pensó la rubia, irijiéndose hacia la puerta. hechó un pequeño vistazo por el picaporte.- Genial.. el amante de ponys, yupi.- inquirió con sarcasmo, mientras abría la puerta.

- Polonia.. Que quieres?.- espetó, con su frívola mirada.

Espero un poco más, hasta que la bielorrusa le abrió de un
golpe la puerta, sobresaltándolo un poco.

-¡aah~! pues...-ve sus cestita-...¡traje galletas!, espero no te importe pero
no tenía a nadie más con quien compartirlas y como soy tan buena gente y ósea súper
buen cocinero las traje para que las comiéramos!-dijo todo rápidamente, dando
saltitos de alegría.

Aunque también estaba viendo a los lados a ver si tenía que planear una huida,
con la rubia uno nunca sabia.

-entonces... ¿qué dices?-le sonrió.

Miró extrañada al polaco, era normal que el chico actuara de esa manera.. sin embargo, nunca lo vió tan de cerca.

- ... ¿Por qué a mi?- Se preguntó a si misma, masajeandose la cien.- Bien, pasa.. si rompes algo me lo pagarás oiste?.- dijo, echandose a un lado para que el rubio pudiera pasar.

Se encaminó hacia su sillón favorito, en el cual había dejado reposando un libro que leiila.

-Pues...no iba a ir con el Ruso ¡claro esta! no te
ofendas-dijo con rapidez, sabía que la chica amaba con pasión al grandote. -¡ooh!,
¡gracias! claro claro yo nunca rompo nada. "solo en la casa de Lituania"-.

Paso tras ellas, cerrando la puerta. Vio como Natasha se dirigía a un sillón, decidió
sentarse a su lado en un pequeña silla... se quedo observando sus galletas.

-eh...bueno, ¿quieres?-dijo sacando una.